El Moral de la Iglesia
Encina de San Silvestre, Salamanca
Localización
Historia, leyenda y curiosidades
La historia de El Moral va ligada a la de «la Iglesia Vieja» del pueblo, que es como se le conoce a esta iglesia desde que hace unos 40 años se construyó una nueva, quedando está en desuso. No está claro cuando se construyó, se cree que su edad se remonta al siglo XII, por lo que podemos decir que este árbol tiene varios cientos de años.
Como decía, el Moral siempre ha estado ahí, cuando aún en «La Iglesia Vieja» se daban los oficios religiosos, nuestro árbol daba resguardo a las personas que acudían a misa, antes y después de que comenzara, siendo un punto de reunión y tertulias para los habitantes del pueblo.
Los chiquillos de distintas edades se subían a las ramas de El Moral, bien como diversión, bien para probar las grandes moras que daba en verano. Los más pequeños o miedosos se quedaban en las más bajas, pero los había muy osados que trepaban hasta las ramas más altas deseando llegar donde se encontraban los frutos más sabrosos.
También era un punto de descanso para los pastores. Se sentaban bajo su sombra mientras que sus ovejas pastaban en los alrededores y ellos aprovechaban para reflexionar sobre su jornada o simplemente sobre el tiempo que podía hacer al día siguiente.
Las ramas más grandes recibían nombre según su orientación, sirviendo de brújula para llegar a otros pueblos de alrededor. Estaba la rama del camino de Ledesma, la del camino de Villaseco o la del camino de Sando. Casi ninguna ha podido resistir al paso del tiempo y han acabado por vencerse, tan solo aguanta la del camino de Doñinos que se encuentra en lo más alto.
En la actualidad El Moral es un solitario, que sólo recibe visita cuando vamos al cementerio a despedirnos de algún familiar para siempre. Pero él sigue majestuoso, silencioso, haciendo compañía a los seres más queridos que hemos perdido.
Importancia del árbol y motivo de la presentación al concurso
El motivo por el que decidimos presentar a El Moral a este concurso es para que no caiga en el olvido, para que este árbol, que es un símbolo para los habitantes de La Encina de San Silvestre, siga siéndolo para las generaciones más jóvenes y venideras, para que sigamos teniendo constancia de que este pueblo tan pequeño vivió tiempos de esplendor, de mucha vida. Hemos tenido la suerte de heredar un patrimonio que deseamos que se siga cuidando como se merece nuestro habitante más longevo, El Moral