Carbayón (aumentativo de “carbayu”, que significa roble en asturiano.

Este árbol se encuentra en el pequeño pueblo asturiano de Cornellana, de unos 500 habitantes de población.

Podría ser, que el “Carbayón de Cornellana”, fuese plantado para conmemorar la llegada de la congregación de monjes benedictinos al cercano Real Monasterio de San Salvador de Cornellana en 1536. que es un Bien de Interés Cultural, Monumento Nacional y Patrimonio de la UNESCO.

Destacamos que este año, el monasterio celebra el MILENARIO de su fundación, como recoge el documento dotacional que señala perfectamente la fecha del 31 de mayo de 1024. y este majestuoso árbol, va ligado de manera inseparable del entorno de dicho monasterio, formando una dúo monumental entre edificio y árbol, entre piedra y naturaleza.

Este árbol ofrece su sombra a los peregrinos que transitan por el Camino Primitivo hacia Santiago, por lo que a diario es visto por decenas e incluso centenas de personas.

Ha crecido regado por las aguas del río Nonaya, y junto a el, las mujeres del pueblo lavaban la ropa en tiempos no muy lejanos como refleja una de las fotografías que adjuntamos.

Ha sido testigo de la expansión del coto jurisdiccional del monasterio, de la guerra de independencia y la guerra civil, y en la actualidad eventos mas agradables como la Fiesta del “Campanu” (primer salmón avistado en los ríos asturianos) declarada Fiesta de interés turístico regional, o las propias fiestas patronales.

A su lado se practicó el deporte de Bolo asturiano, en una antigua bolera ya desaparecida.

Es el fondo de las fotografías de las comuniones de los niños, siendo el lugar preferido por muchos para sus retratos en ese especial día de celebración.

Hace 100 años estuvo a punto de ser talado al estar en el recorrido del proyecto de la calle que va desde el pueblo hacia el monasterio, cosa que indignó a los habitantes de la época que se resistieron a perderlo y elevaron sus quejas hasta ser escuchados por el Gobernador civil provincial, este atendió la petición de los vecinos, les dio la razón y finalmente pudieron salvarlo de tal despropósito.

Hace pocos años, al estar rodeado de líneas de alta tensión, sufrió una agresiva poda al tratarlo como un árbol común y varios vecinos detuvieron dicha agresión contra el patrimonio natural del pueblo.

Es un placer verlo resistir el paso de los años, los envites del tiempo y las crecidas del río.

Su entorno es un remanso de paz y bajo su sombra un lugar idóneo para leer un libro o simplemente disfrutar de la calma.