Los árboles, bosques y el uso de la tierra en las zonas áridas del planeta
Un nuevo estudio de la FAO ayuda a subsanar una notable carencia de información relativa a la presencia y extensión de los bosques y los árboles en las zonas áridas del mundo, donde la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de personas, ya de por sí precarias, se ven cada vez más amenazados por el cambio climático.
Los resultados preliminares del estudio –que se completará a finales de este año- publicado hoy indican que existen árboles en densidades muy variables en casi un tercio de los 6.100 millones de hectáreas de tierras áridas que hay en el mundo. Se trata de un área de más del doble del tamaño de África, y casi el 18 por ciento de esta superficie está cubierta de bosques.
Se estima que en las zonas áridas viven cerca de 2 000 millones de personas, el 90 por ciento de los cuales se encuentran en los países en desarrollo. Estudios recientes han indicado la necesidad de restaurar estas áreas para hacer frente a los efectos de la sequía, la desertificación y la degradación de la tierra.
En particular, se espera que la disponibilidad de agua en las tierras áridas disminuya aún más debido a los cambios en el clima y el uso del suelo. Las personas pobres que viven en zonas rurales remotas serán las más vulnerables a la escasez de alimentos que, combinada con la violencia y la agitación social, son ya factores importantes que fuerzan a la migración en las regiones áridas de África y Asia occidental.
Se estima que en las zonas áridas viven cerca de 2 000 millones de personas, el 90 por ciento de los cuales se encuentran en los países en desarrollo
Hasta ahora existía poca información estadística sobre los árboles en las zonas áridas –en particular los que crecen fuera de los bosques- a pesar de su importancia vital para los seres humanos y el medio ambiente.
Las hojas y los frutos de los árboles son una fuente de alimento para las personas y de forraje para los animales; su madera proporciona combustible para cocinar y calentar y puede ser una fuente de ingresos para los hogares pobres; los árboles protegen los suelos, los cultivos y los animales del sol y el viento, mientras que los bosques albergan a menudo una rica biodiversidad.
Las nuevas tecnologías permiten un estudio a gran escala en un tiempo récord
Como primera evaluación basada en el muestreo estadístico del uso de la tierra en zonas áridas del mundo, el estudio de la FAO permite contar con una base para monitorear los cambios en los bosques, la cubierta arbórea (con su densidad) y el uso de la tierra en las zonas áridas. Ofrece a los gobiernos, donantes y otras partes interesadas en el desarrollo sostenible una valiosa herramienta para orientar la formulación de políticas y las inversiones.
Mediante el uso de imágenes de satélite disponibles para el público a través de Google Earth Engine, Bing Maps y otras fuentes, el estudio de la FAO cuenta con información de una muestra de más de 200.000 parcelas de unas dimensiones aproximadas de 0,5 hectáreas. El error de muestreo para la estimación de la superficie forestal total de todas las tierras áridas se calcula en aproximadamente +/- 1 por ciento.
Las imágenes de satélite se han interpretado utilizando Collect Earth, una herramienta de Foris, el software gratuito de código abierto desarrollado por el Departamento Forestal de la FAO para facilitar a expertos de todo el mundo el recopilar, analizar, informar y compartir datos.
La FAO ha subrayado el carácter participativo de la evaluación, que se llevó a cabo en una serie de cursos de capacitación a nivel regional, y con talleres de recopilación de datos organizados en colaboración con diversos socios como universidades, institutos de investigación, gobiernos y organizaciones no gubernamentales en todo el mundo. Este enfoque, junto con el uso del nuevo software desarrollado por la FAO, Collect Earth, ha permitido un estudio en profundidad que se completará en menos de un año, algo que antes resultaba impensable.
Las tierras áridas se dividen en cuatro zonas de distinta aridez (véase el mapa): la zona subhúmeda seca –la menos árida de las cuatro zonas- que consiste sobre todo en la sabana sudanesa; los bosques y pastizales de América del Sur, las estepas de Europa oriental y el sur de Siberia, y las praderas de Canadá. La mayoría de los bosques en las tierras áridas aparecen en esta región, al igual que algunas grandes superficies de agricultura intensiva de regadío, a lo largo de los ríos perennes. En el otro extremo, la zona hiperárida es la más seca y está dominada por el desierto, con el Sahara que por sí solo representando el 45 por ciento, y destacando también por su tamaño el desierto de Arabia.
El estudio indica que los pastizales constituye el 31 por ciento del uso de la tierra en las zonas áridas, los bosques el 18 por ciento, el 14 por ciento son tierras de cultivo, el 2 por ciento humedales y los asentamientos humanos representan el 1 por ciento. La parte más extensa –un 34 por ciento- viene clasificada como «otras tierras» y consiste sobre todo en suelo desnudo y roca.
Mientras que el nuevo estudio presenta conclusiones a nivel mundial y regional, la FAO quiere ayudar a adaptar la metodología para evaluaciones a nivel de país, bajo petición. Estas pueden mejorar la capacidad de los gobiernos para realizar un seguimiento de los progresos realizados para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en particular, el ODS 15, centrado en la gestión sostenible de los bosques, combatir la desertificación, detener y revertir la degradación del suelo y frenar la pérdida de biodiversidad.
Restaurar los ecosistemas frágiles en las tierras áridas
La metodología del estudio ya está siendo utilizado para la evaluación y el seguimiento de base en el proyecto implementado por la FAO, «Acción contra la desertificación», una iniciativa del Grupo de Estados de África, del Caribe y del Pacífico (ACP).
Durante cuatro años, y hasta 2019, el grupo ACP, la Unión Europea, la FAO, la Comisión de la Unión Africana y otros socios apoyarán a seis países africanos -Burkina Faso, Etiopía, Gambia, Níger, Nigeria y Senegal-, así como a Fiji y Haití a mejorar las condiciones y la productividad de las tierras afectadas por la degradación, la sequía y la desertificación.
Datos básicos
Un vistazo a algunas de las conclusiones preliminares de la Evaluación mundial de las zonas áridas de la FAO:
- Las zonas áridas del mundo comprenden 1 110 millones de hectáreas de bosques, lo que supone el 27 por ciento de la superficie forestal mundial, estimada en aproximadamente 4 000 millones de hectáreas.
- Dos tercios de la superficie forestal de las tierras áridas pueden definirse como densas, lo que significa que tienen una canopia cerrada (es decir, una cubierta de copas superior al 40 por ciento).
- Los pastizales ocupan la segunda posición en el uso de la tierra en las zonas áridas (31 por ciento), seguidos por los bosques (18 por ciento) y tierras de cultivo (14 por ciento). La categoría “otras tierras” supone un 34 por ciento.
- Las zonas menos áridas poseen la mayor parte de los bosques. La proporción de tierras forestales es de 51 por ciento en la zona subhúmeda seca, un 41 por ciento en la zona semiárida, un 7 por ciento en la zona árida y 0,5 por ciento en la zona hiperárida. La densidad media de cubierta de copas es diez veces mayor en la zona subhúmeda seca que en la zona hiperárida.
- Los árboles fuera del bosque están presentes en 1 900 millones de hectáreas de zonas áridas (un 31 por ciento del total), si se incluye toda la tierra con cobertura de copas superior al 0 por ciento. El treinta por ciento de las tierras de cultivo y pastizales tienen al menos algo de cobertura de copas, al igual que el 60 por ciento de las tierras clasificadas como asentamientos humanos.
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