Manjarrés es un pequeño pueblo de La Rioja Alta situado entre los ríos Yalde y San Andrés, en las primeras estribaciones de la Sierra de Moncalvillo. Habitado desde la antigüedad como muestran los restos de cerámica celtibérica y posteriormente romana que se han encontrado en el mismo. Su nombre, con reminiscencias reales, se supone que es debido a que fue el lugar escogido por la corte medieval del reino de Nájera para practicar la caza, el «deporte» favorito de los nobles de la época, esta elección nos hace pensar que en aquellos momentos tenía una gran riqueza en flora y fauna.
Nos gustaría pensar que Roblegordo, nuestro roble, ha sido testigo de la historia del pueblo desde aquellos momentos, de las andanzas y aventuras de sus gentes desde entonces.

Roblegordo en la ribera del Yalde, es según nos han contado, uno de los pocos supervivientes de un número mayor de grandes robles que hasta no hace mucho tiempo poblaban la zona. En torno a él o a uno de sus hermanos «desaparecidos» se celebraba la fiesta de la Almedaña (actualmente se celebra en una zona recreativa con ese nombre), fiesta que es la sucesora de la romería a la ermita de la Hermedaña en Sorzano, en la que se rememoraba la leyenda del tributo de las Cien Doncellas, en la que los vecinos de los pueblos de las laderas de la Sierra se juntaban una vez al año para disfrutar de un día de fiesta y hermandad entre ellos.